Hace algún tiempo que vengo notando que ando un poco más despistado de lo normal, que me cuesta encontrar «la palabra precisa» (parafraseando a Silvio Rodríguez), recordar el nombre de alguien, que me quedo un momento pensando lo que quería decir, etc.
Lo atribuí a que uno ya va cumpliendo años. Pero al notar que a más personas de mi entorno les pasaba algo parecido, empecé a creer que quizás se tratase de un síntoma generalizado. Tal vez también os pase alguno de vosotros (espero que no). Casualmente, hace unos días leí una noticia en una red social que me arrojó cierta luz al respecto.
La noticia en cuestión, cuyo titular decía «Por qué todos estamos perdiendo memoria en este momento», venía a explicarnos, a través de expertos en el campo de la memoria, que padecemos momentos breves y temporales de olvido cada vez con más frecuencia y a menor edad.
Concretamente, cuenta la experiencia de un neurocientífico investigador de la memoria, el Dr. Shields, de 32 años, el cual olvidó el nombre de su asistente, para mofa de sus estudiantes, en medio de una clase. Lo gracioso del tema es que la clase iba sobre cómo el estrés afecta a la memoria. Shields explicaba que el nivel de tensión, provado por las malas noticias a las que estamos sometidos continuamente, como la agotadora pandemia, la guerra ahora, la inminente crisis económica, los efectos del cambio climático, y tantas otras, consumen mucha de nuestra energía cognitiva.
Otra neurocientífica, Sara C. Mednick, nos dice que tenemos demasiadas ventanas abiertas en nuestra cabeza (haciendo un símil con los ordenadores), lo cual ralentiza nuestra capacidad de procesamiento (al igual que pasa en ellos) y la memoria es una de las partes que más se resiente.
Por otro lado, la avalancha de información que nos llega a través de múltiples canales también está saturando nuestros cerebros. Nos cuesta trabajo prestar atención, mientras estamos constantemente desplazando con el dedo las pantallas de nuestros teléfonos y haciendo otras cosas al mismo tiempo, lo que, según los neurocientíficos, dificulta la codificación de los recuerdos.
En el artículo, los expertos nos ofrecen las siguientes recomendaciones para mejorar nuestra memoria:
- No forzarnos a recordar lo que hemos olvidado momentáneamente: puede ser contraproducente.
- Ayuda a tu cerebro a calmarse: practica la meditación diaria, el yoga o simplemente la respiración lenta y profunda durante al menos 10 minutos al día. Date un paseo, preferiblemente en la naturaleza. Conversa largo y tendido con seres queridos, dales un abrazo…Esto elimina las toxinas en tu cerebro que pueden obstruir tu procesamiento mental.
- Procura tener más vida social y presta toda tu atención a las personas cuando hables con ellas. Hacerlo te ayudará a recordar mejor lo que quieres decir en la conversación, porque tu cerebro no se distraerá ni sobrecargará.
- Y sobre todo, deja de hacer varias cosas a la vez. Es difícil recordar algo cuando estás haciendo dos o tres cosas simultáneamente. Así que guarda tu teléfono por un rato (después de leer esta publicación preferiblemente 😅), lo cual también te ayudará a reducir la sobrecarga de información. Intenta hacer solo una cosa a la vez y prestar atención a las pequeñas tareas que normalmente realizas en «modo piloto automático», como cepillarte los dientes.
En relación con esto último, afrontar la multitarea es difícil sobre todo cuando estamos sometidos a ella en nuestros trabajos. Pero es hora de tomárnoslo en serio, ya que ésta tiene efectos devastadores para nuestra salud, además de para nuestra memoria.
En este sentido, un estudio realizado por investigadores de la universidad de Stanford comparó a dos grupos de personas en función de su uso de la multitarea. El resultado de dicho estudio fue que el grupo que más uso hacía de ella tenía resultados mucho peores, tanto a nivel de productividad como de recompensa, que el otro grupo, paradójicamente.
Así pues, los expertos recomiendan evitar el multitasking, como se dice en inglés, para no sufrir las siguientes consecuencias:
- Reducción de la productividad y eficiencia.
- Reducción de nuestra inteligencia en general.
- Daños en la corteza cingulada anterior.
- Empeoramiento de la capacidad de concentración.
- Estrés crónico.
- Aumento del riesgo de padecer depresión y ansiedad social.
Y nos aconsejan realizar lo siguiente para combatirlo:
- Usar la regla de los 20 minutos: intenta dedicar toda tu atención durante 20 minutos a un objetivo antes de hacer otra actividad.
- Tomarse un descanso que te ayude a encontrar hacia dónde debes enfocar tu atención.
- Practicar la meditación y la atención plena (mindfulness), dos excelentes herramientas.
Respecto a la meditación, comparto con vostros esta interesante charla de la neurocientífica española Nazareth Castellanos en la que nos explica los beneficios de su práctica.
Fuentes: The Wall Street Journal: Why We’re All Forgetting Things Right Now/ MundoPsicólogos: ¿Cómo nos afecta el multitasking? 9 Efectos psicológicos de la multitarea/ BBVA-El País: Aprendemos Juntos. Nazareth Catellanos. La neurociencia de la meditación.
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¿Estamos más despistados últimamente? by J. Rooks is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
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Intentaremos aplicarnos el cuento. No es cosa baladí.
Se me acaba de olvidar lo que te iba a contestar…🤔
Este ritmo d vida nos está pasaba factura
¡Hay que echar un poco el freno!